lunes, 22 de junio de 2020


Comparativa estilística, conceptual y sociológica de las películas “El gabinete del Doctor Caligari “(1920- Robert Wiene, Alemania) y “ Persona” (1966- Ingmar Berman, Suecia).


Ante todo, nos encontramos ante dos películas que marcaron un antes y un después en la historia del cine.
El Gabinete del Doctor Caligari es considerada una de las grandes películas de terror de los primeros años del cine mudo y la primera película que llevó el Expresionismo alemán a la pantalla. Este tipo de cine aparece en la Alemania de principios del siglo XIX, como una reacción contra el Impresionismo. El Expresionismo apostaba por la expresión de los sentimientos propios y del mundo interior, más personal. Este cine comienza conocerse pasada la Primera Guerra Mundial, cuando ya casi había desaparecido en otras ramas del arte. Gracias al papel del teatro expresionista,  la distorsión formal y la expresión emocional son retratadas perfectamente en este género.
La película, como si de una obra teatral se tratase, se divide en seis actos. Toda la expresividad del cine mudo recaía en la gestualidad y miradas de los personajes.

La UFA (Universal Films AG), era por entonces en Alemania una potente industria de información y propaganda que pretendía educar a la población con los valores impuestos de la Alemania imperial.
El comienzo del relato es visto como un recuerdo de uno de los protagonistas, Francis, con lo que se nos muestran los hechos desde ese lado subjetivo de la historia.
Ante una sucesión de crímenes, comienzan a sospechar de ese doctor que  tiene su puesto en una barraca de feria que acaba de llegar a la ciudad. Ante la atenta vigilancia del narrador, una de las noches descubren que es Caligari el culpable de dichos crímenes que comete a través de la persona de Cesare al que mediante hipnosis y aprovechando su sonambulismo, tiene dominado.
Investigan la persona de Caligari y descubren que es el director de un psiquiátrico y que lleva a cabo esta serie de asesinatos inspirándose en los hechos acontecidos décadas atrás donde el verdadero Caligari llevó a cabo este tipo de pruebas con un paciente.Nos retrotrae al comienzo de esas primeras investigaciones con su paciente, sirviéndose del método flashback, algo innovador para la época.Las obsesiones del director (Caligari), le llevan a caer en la locura, con voces interiores que persiguen al personaje.
El final del film se remonta a la escena primera, donde vemos a los hombres del principio dentro del patio del manicomio junto con otros internos. Robert Wiene, el director, añadió posteriormente un prólogo y este epílogo que cambian por completo la historia, anulando todo espíritu de crítica social que al principio representaba.
La gran interpretación de los actores principales, se ve enfatizada por el uso de los primeros planos, la gran belleza de los decorados, el juego de la iluminación, con sus luces y sus sombras, escenarios dislocados antinaturalistas, fuertes contrastes y fundidos a negro. Crea un espacio claustrofóbico, como si entrásemos en la mente de un demente, rompiendo toda estructura clásica. Provocó un estilo propio, el “Caligarismo” que más tarde se utilizaría para películas de esta época del cine alemán.
Cesare aparece en pantalla sigiloso, con rostro y cuerpo teatrales. Representa el lado de la oscuridad. Jane, la mujer a quien el doctor le ha enviado a matar muestra la luz, representa lo claro, lo virginal y puro. Las figuras de ambos se contraponen y se unen a la vez y forman una escena totalmente tenebrista.


Dentro del contexto social, cultural y político de la época podemos apreciar esa inspiración en el  romanticismo literario y las vanguardias de la época. Es un periodo de entreguerras. El cine era un medio excelente para expresar los sentimientos y angustias de la sociedad y despertar sentimientos de terror en los espectadores. Cesare es más que una persona, un espectáculo en sí. Los miedos y fantasmas son representados en una primera idea de cine-arte.
Es evidente la fuerte condición psicológica y su desdoblamiento de la personalidad, con una fuerte complejidad psicológica en sus personajes. Lo consciente y lo inconsciente se mezclan; el sujeto y su sombra, la realidad y el deseo.
Todas estas características están presentes en autores venideros que beberían de todo ello y lo expondrían en su cine, directores  tales como Ingmar Bergman.
La iluminación, el pesimismo, personajes con trastornos mentales, flashback, voces múltiples, son parte esencial de su obra. El expresionismo y la obra de Bergman apuestan por una fuerte subjetividad. Muestran las angustias, miedos, soledades, dolor y terror del individuo.
Tenemos en ambas películas las dos vertientes. La figura de la víctima y la figura del perjudicado, como unos se valen de otros, como “chupan su sangre” literalmente, como hace Elisabeth con Alma en una de las escenas de Persona.

Persona es el rostro, la máscara en forma de metáfora de la imagen fílmica (es el rostro de Cesare y el rostro de ambas mujeres cuando se funden en uno solo). Bergman nos muestra aquí la culminación de la modernidad cinematográfica en su cine, iniciada en Europa con el Neorrealismo tras la segunda guerra mundial.
Ambas películas pertenecen a periodos posteriores a las grandes guerras y forman parte de un antes y un después a la hora de hacer un nuevo cine.
Persona es “la máscara del actor” o el “personaje teatral” sirviéndose  como en el expresionismo de la gestualidad propia del teatro.
Elisabeth ha dejado de hablar mientras representa una obra teatral. Alma, la enfermera que la cuida, intenta encontrar un porqué a su mutismo. Los movimientos del rostro o los cambios en su piel nos van dando una idea del paso del tiempo.  Elisabeth se expresa por  gestos o poniendo atención a lo que escucha. Alma habla, por ella y por Elisabeth. El peso de la historia recae en las interpretaciones de Alma y Elisabeth. Alma habla, Elisabeth escucha y ambas se van fundiendo en la misma persona, uniendo sus almas, aunque en el fondo estas sean muy distintas la una de la otra. La fusión física la vemos en esa escena de unión de sus rostros, confundiendo el uno con el otro.
Poco después Alma se sentirá decepcionada al leer la carta de su paciente y decepcionarse  con su ser.  El silencio como renuncia del ser, es también el silencio de las películas del cine mudo. La luz blanca es el silencio de la imagen. Los personajes se adentran en esa luz, en esa blancura, como Cesare cuando entra sigiloso por la ventana para atrapar a su víctima. Alma y Elisabeth son el reflejo de las imágenes de sí mismas.


Ambas películas rompen el encasillamiento del género y la estructura narrativa fílmica. Los finales quedan abiertos y expuestos a ser reflexionados. Se funden en la oscuridad. Indagan ambas en las relaciones humanas vistas desde ambientes cerrados, claustrofóbicos. A veces no podemos distinguir la realidad del sueño.El desarrollo de Persona va adquiriendo una complejidad extrema y dejando interrogantes abiertos, podemos darle tantas interpretaciones como personas la vean.
La época de los sesenta en Europa responde a un cambio de cine más maduro, a nuevos retos cinematográficos expresados en esa serie de mensajes subliminales que encontramos al inicio; una serie de metáforas que esconden un código. Un caos narrativo que más podría pertenecer a un sueño que a la realidad. Bergman utiliza además el uso del blanco y negro, siendo esta época la última gran década de este formato.



El final de ambas no aparece con la palabra Fin sino que ambas retroceden al inicio y nos hace cuestionarnos aquello que nos han querido contar.

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