martes, 27 de abril de 2021

Veinticuatro horas en la vida de una mujer confinada

 Con respecto al libro de Zweig debo decir que su lectura no ha sido nada trascendental para mi, pero sí empatizo con la historia y por supuesto, estoy muy de acuerdo en que una mujer puede perder la cabeza, el sentido y más cosas por hombre ( o por otra mujer) durante veinticuatro horas, veinticuatro semanas o veinticuatro años. Porque así es el deseo y así es el ser humano, que ante todo somos eso, humanos. 

La historia comienza poniendo en tela de juicio a una mujer por haber escapado con un hombre francés y haber dejado toda su vida atrás, incluyendo en ella marido e hijos. 

Para la sociedad de la época , y no nos engañemos, para la sociedad de cualquier época y entre ellas se incluye esta en la que habitamos, es un escándalo, un alboroto, ¡madre mía!. Pero la mujer mayor de la historia que transita también por el mismo hotel donde se desarrolla la acción, se pone de acuerdo con el relator de la historia en comprenderla, empatiza con esa madre desairada que ha dejado su buena vida, su posición social, sus costumbres, su saber estar, todo, por un hombre.  

Es entonces cuando la anciana nos cuenta su historia y como adivinamos entre sus palabras la pasión, el deseo y la experiencia que vivió en tan solo veinticuatro horas. ¿Quien no ha sentido el poder de esa tentación, de querer abandonarlo todo, largarse a otro lugar, perderse, sola o mejor aún, con alguien que nos hiciera perder la cabeza?. Porque si, esas personas existen.Aparecen de la nada y es como si todo cambiara. Las calles que recorres a diario se ven diferentes, las caras conocidas desaparecen para transformarse en caras amables que acompañan a la pintura , al cuadro del que esta hecho ese deseo. Y esa persona te empuja a la locura y sientes un deseo tan fuerte, tan intenso que te ves capaz de hacer cualquier cosa, desde volar en globo hasta  bajar a las infinitas profundidades del mar.
Las sombras del amor 


Pero el deseo viene de más atrás, de algo que no está bien en ti. De escapar , de cambiar de vida. es un deseo común que todas las mujeres hemos experimentado alguna vez en la vida. Reprimimos nuestros sueños, ilusiones y fantasías la mayor parte de las veces por el qué dirán, por convenciones sociales, por ellos.

Tantos y tantos sueños hechos añicos, tanto poder creativo, artístico ,escondido, mutilado, atrapado entre telas, costuras, pañales o jabones. Si esta sociedad presume de algo es del cambio o de al menos, de querer cambiarlo, pero el camino es largo y con un montón de trampas y resaltos en el camino. Algo así como le pasaba a Jennifer Connely hasta que llegaba Dentro del Laberinto.

Crucemos ese laberinto de pasiones, de ideas, de rechazos, de miedos, de inquietudes, atravesémoslo y rompamos esos grilletes, gritemos libremente que no solo nos merecemos veinticuatro horas sino toda una vida de la vida de una mujer.




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